Prótesis de rodilla

La sustitución protésica de rodilla es la técnica quirúrgica empleada en el caso de pacientes con artrosis de rodilla y artritis reumatoide (90% de los casos) en los que existe una afectación interna, así como el fracaso de tratamientos conservadores o quirúrgicos menos radicales. 

Mayores de 55 años

El caso habitual es el paciente mayor de 55 años que padece artrosis o artritis, no es un dato raro ya que es 30 % de los mayores de 65 años tienen signos radiológicos de artrosis de rodilla y casi la mitad de estos pacientes padecen dolor crónico de rodilla. Los síntomas predominantes son el dolor intenso y un importante deterioro funcional que provoca por lo general la inestabilidad de rodilla y la dificultad para caminar.

Antes de tomar la decisión de realizar la sustitución protésica, hay que tomar otras medidas conservadoras como la fisioterapia para potenciar la musculatura, el tratamiento local del dolor, así como la realización de otras intervenciones quirúrgicas más sencillas como la artroscopia.

Se trata de una intervención médica con una gran eficacia a medio y a largo plazo, que debido a los avances en el diseño protésico y en las técnicas quirúrgicas y anestésicas, se ha convertido en una opción fiable para disminuir el dolor de rodilla, la dependencia y la incapacidad funcional.

AYUDA DE LA FISIOTERAPIA

Para lograr una recuperación óptima tras la operación, es importante la fisioterapia para realizar determinados ejercicios previos como: fisioterapia respiratoria y ciertos ejercicios dirigidos al trabajo de la fuerza muscular y el aumento de la capacidad funcional.


Brindar información de calidad antes de una cirugía es clave para mejorar la satisfacción del paciente, su participación en el proceso y los resultados clínicos. Una adecuada orientación preoperatoria ayuda a reducir la ansiedad y facilita una recuperación más efectiva.

Es fundamental explicar en detalle en qué consiste la operación, qué sucederá después de la intervención y cuáles son las normas posturales a seguir. Además, el paciente debe conocer qué ejercicios puede realizar por sí mismo, cómo hacer transferencias seguras de la cama a la silla y viceversa, y la forma correcta de usar bastones o muletas para caminar tras la cirugía.

Proporcionar esta información mejora la confianza del paciente y optimiza su proceso de rehabilitación, asegurando una recuperación más rápida y segura.

Tratamiento

La fisioterapia tiene también gran importancia en la fase postoperatoria donde la aplicación del hielo es fundamental en las primeras cuarenta y ocho horas para reducir la pérdida sanguínea y disminuir el dolor.

Recomendado

La rehabilitación inicial se centraría en tratar la cicatriz para que no queden adherencias e hidratación de la misma, drenar dicha zona para disminuir inflamación y derrame, así como preparar al paciente para la independencia en las transferencias, marcha y actividades cotidianas.


Durante los primeros días de rehabilitación se empezarán a realizar ejercicios activos, asistidos por el fisioterapeuta, con la finalidad de ir ganando movilidad articular y fuerza, ya que es crucial para realizar posteriormente la marcha sin ayudas técnicas, siempre en función de la tolerancia del paciente. También en esta fase sería conveniente valorar si fuese necesario la realización de ejercicios respiratorios con la finalidad de prevenir el acumulo de secreciones debido al encamamiento y a los efectos de la anestesia. Los ejercicios de potenciación de brazos y pierna sana también son de gran importancia.


Posteriormente será necesaria la reeducación de la marcha con muletas, así como enseñarle a subir y bajar escaleras.


Un complemento al trabajo manual del fisioterapeuta es la utilización de ciertos aparatos como son las corrientes analgésicas y de potenciación, ultrasonido, presoterapia…


La última fase del tratamiento, consistiría en asegurarnos que la marcha sin ayudas técnicas es correcta. Potenciar al máximo la musculatura que envuelve dicha rodilla, e incluso, dependiendo de la edad del paciente, trabajar ejercicios de propiocepción para darle estabilidad a la rodilla.

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